3 ERRES ECOLÓGICAS



La regla de las tres erres, también conocida como las tres erres de la ecología o simplemente 3R, es una propuesta sobre hábitos de consumo, popularizada por la organización ecologista Greenpeace, que pretende desarrollar hábitos generales responsables como el consumo responsable. Este concepto hace referencia a estrategias para el manejo de residuos que buscan ser más sustentables con el medio ambiente y específicamente dar prioridad a la reducción en el volumen de residuos generados. Durante la Cumbre del G8 en junio de 2004, el Primer Ministro del Japón, Koizumi Junichiro, presentó la Iniciativa tres erres que busca construir una sociedad orientada hacia el reciclaje.1 En abril de 2005 se llevó a cabo una asamblea de ministros en la que se discutió con Estados Unidos, Alemania, Francia y otros 20 países la manera en que se puede implementar de manera internacional acciones relacionadas a las tres erres.


Las tres erres (3R), en orden de importancia bioecológica son:

REDUCIR: Si reducimos el problema, disminuimos el impacto en el medio ambiente. Los problemas de concienciación, habría que solucionarlos empezando por ésta erre. La reducción puede realizarse en 2 niveles: reducción del consumo de bienes o de energía. De hecho, actualmente la producción de energía produce numerosos desechos (desechos nucleares, dióxido de carbono, etc.). El objetivo sería:

Reducir o eliminar la cantidad de materiales destinados a un uso único (por ejemplo, los embalajes).

Adaptar los aparatos en función de sus necesidades (por ejemplo poner lavadoras y lavavajillas llenos y no a media carga).

Reducir pérdidas energéticas o de recursos: de agua, desconexión de aparatos eléctricos en stand by, conducción eficiente, desconectar transformadores, etc.


Por ejemplo, reducir la emisión de gases contaminantes, nocivos o tóxicos evitará la intoxicación animal o vegetal del entorno si llega a cotas no nocivas. Países europeos trabajan con una importante política de la reducción, y con el lema: La basura es alimento (para la tierra) producen productos sin contaminantes (100% biodegradables), para que cuando acabe su vida útil no tenga impacto en el medio, o éste sea lo más reducido posible.


Disminuir aquellos productos que van directamente a la basura sin que los utilicemos, como suele suceder con la mayor parte de los envoltorios de los productos que se compran. Tratar de evitar todo aquello que de una u otra forma genera un desperdicio innecesario. También es reutilizar y/o reciclar parte de lo que tiramos. Muchos botes, latas y cartones tienen una segunda utilidad en la que no solemos pensar. Tanto si empleamos nuevos envases, tejidos o cartones, como si los reciclamos a través de los distintos sistemas de recogida selectiva de residuos, estaremos dando una segunda oportunidad a lo que tiramos a la basura.



REUTILIZAR: Es la segunda erre más importante, debido a que también reduce impacto en el medio ambiente, indirectamente. La reutilización está basada en volver a usar un producto o material varias veces sin tratamiento. Darle la máxima utilidad a los objetos sin la necesidad de destruirlos o deshacerse de ellos. Por ejemplo, las bolsas se pueden utilizar varias veces, los folios usados sirven para dibujar o tomar apuntes, los tetrabriks se utilizan como juguetes, etc. Con imaginación todo es posible.



RECICLAR: Ésta es una de las erres más populares debido a que el sistema de consumo actual ha preferido usar envases de materiales reciclables (plásticos y bricks, sobre todo), pero no biodegradables. En líneas generales el reciclaje consiste en utilizar los mismos materiales una y otra vez, reintegrándolos en otro proceso natural o industrial para hacer el mismo o nuevos productos, utilizando la menor cantidad de recursos posibles.





En los últimos años, a medida que se profundizado en el debate sobre la búsqueda de un modelo sostenible de consumo, a la regla de las tres erres se le han ido sumando nuevas propuestas que suponen un salto importantísimo hacia la percepción de la problemática que entraña el impacto ambiental de los residuos, ya no como individuos aislados, sino como la sociedad en su conjunto:


REPENSAR nuestro modo de vida, nuestras necesidades básicas, para diferenciarlas de las prescindibles.


REESTRUCTURAR el sistema económico para que, en lugar de producir bienes superfluos, se concentre en la satisfacción de las necesidades de todos. Teniendo en cuenta los costes sociales y ambientales en la producción final de los bienes de consumo.


REDISTRIBUIR, porque todos tenemos derecho a satisfacer nuestras necesidades fundamentales dentro de la capacidad sustentable y el equilibrio biológico del planeta.






SABÍAS QUE…


Cada hora los españoles tiramos a la basura miles de botellas de plástico. Suficientes para cubrir toda la superficie de la península al cabo del año.


Del 40 al 70% de la basura doméstica es material orgánico reciclable que, en cambio, ocupa un valioso espacio en el vertedero.


En los últimos tres siglos el hombre ha sido responsable de la desaparición de más de 120 especies de mamíferos y 150 especies de aves.


Si se fundiera todo el hielo de la Antártica, el agua de los océanos se elevaría 75 metros y cubriría la cuarta parte de la Tierra.


El 80% de los incendios forestales registrados en nuestro país son provocados por los descuidos del hombre.


El 20% de la población mundial consume la riqueza y es responsable del 75% de la contaminación.


Con la energía que ahorramos reciclando un envase de plástico se podría mantener un televisor encendido durante una hora.


El papel reciclado es aquel que no ha sido blanqueado mediante productos químicos basados en cloro, para su elaboración se utiliza papel usado y reciclado.


Los plásticos provienen del petróleo, no olvidemos que es una materia prima de reservas limitadas.


Los envases tipo brik se componen de aluminio, plástico y cartón. Al tirarlos al contenedor amarillo se pueden convertir en bolsas de papel y cartones para huevos, entre otras utilidades. Si no separamos los envases de plástico en nuestras casas, una botella de plástico tardara más de 100 años en degradarse en un vertedero.


Un mismo papel puede reciclarse hasta 8 veces. Las fibras de celulosa se van rompiendo en cada proceso por lo que existe un límite. Por eso, en cada proceso se mezcla papel reciclado con algo de pasta virgen.




A continuación os dejamos un link a la web de Ecoembes, donde aprenderéis de manera divertida cómo podéis colaborar en el cuidado y respeto hacia el Medio Ambiente a través del proyecto interactivo Ecociudad. 



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